EL OBJETO INDIRECTO
La estructura argumental de los verbos permite que estos adquieran ciertos adyacentes tales como sujeto, objeto directo y objeto indirecto. Estos adyacentes que hemos nombrado pueden ser pronominalizados, es decir, sustituidos por un pronombre átono (=sin sílaba tónica) que tiene íntima relación con el verbo.
En el caso del sujeto el valor pronominal ya está incluido en el propio verbo ya que estos tienen valor de persona como se puede apreciar en la secuencia /canto, cantas, canta/ en que un mismo verbo cambia desde la 1° persona a la 3°.
Cuando no es suficiente la referencia de /cantas/ se le puede agregar un objeto directo /cantas <una canción>/ que también podemos pronominalizar /la cantas/ en donde /la/ es un pronombre que representa a /una canción/.
Cuando es necesario señalar al destinatario de la acción es preciso adicionar un objeto indirecto /<me> cantas una canción/ donde el pronombre /me/ señala al destinatario de /una canción/ y es, por tanto, objeto indirecto.
El objeto indirecto también puede ser representado por una frase: /Juan regala flores <a María>/ donde /a María/ representa a la destinataria de la acción /regalar flores/. En este caso el O.I. puede ser pronominalizado por dos pronombres diferentes según sea el caso: /Juan <le> regala flores/ donde /flores/ en el objeto directo y /le/ representa a la destinataria. Y si se pronominaliza el objeto directo /flores/: /<Se> las regala/ donde /las/ representa a /flores/ y el invariable /se/ a la destinataria.
Por último, el objeto indirecto puede aparecer con verbos copulativos como lo demuestra la secuencia /Juan <le> es muy agradable <a María>/ donde la destinataria /a María/ es pronominalizada por /le/.
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