5 maneras de hacer más fácil la investigación por Internet (para adolescentes)

 

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Es muy fácil buscar información en Internet cuando estás investigando sobre un tema. Pero hay tantas opciones e información al alcance de tu mano que a veces puede ser abrumador. Saber cómo evaluar y seleccionar fuentes de información en Internet puede ser beneficioso para no perder el tiempo y ahorrarte varios dolores de cabeza.

Existen 5 maneras de hacer que la investigación por Internet sea fácil y efectiva:

  1. Comienza en la escuela. Pregúntale a los maestros y a la bibliotecaria qué fuentes de información recomiendan para tu proyecto. De esa manera te aseguras que las fuentes de información que elijes son las que aprueba la escuela y que la información es precisa. En algunos casos, tu escuela o el maestro están suscriptos a revistas profesionales o sitios web. Estos recursos te pueden dar información que no podrías obtener a través de una búsqueda regular de Internet.

    A menos que tu maestro diga lo contrario, el uso de Internet debe ser una herramienta adicional. De ninguna manera debe ser tu herramienta única para investigar sobre un tema. La biblioteca de tu escuela está llena de libros, revistas y otras fuentes de información que pueden ayudarte.

    Muchas escuelas bloquean el acceso a imágenes electrónicas o sitios web completos que podrían ser valiosos para tu investigación. Por lo tanto, planea hacer la mayoría, o toda la investigación, desde tu casa, tu biblioteca municipal o desde cualquier otro lugar donde tengas acceso a la Internet.

  2. Separa los hechos de la ficción. Antes de comenzar tu investigación, haz una lista de los mejores sitios para tu tema de investigación. Los sitios del gobierno que terminan con .gov y los sitios educacionales que terminan en .edu son por lo general buenas opciones. Los sitios de noticias tradicionales son buenas opciones, pero asegúrate de que estés utilizando las fuentes originales. Si un artículo del periódico menciona otra fuente de información, como una organización o sitio web, ve directamente a esa fuente de información.

    Los sitios que terminan con .org son por lo general organizaciones sin fines de lucro. Estas pueden ser buenas fuentes de información, pero lo mejor es hablar con el maestro para asegurarse de que éste lo considera adecuado. Wikipedia es muy popular y tiene resultados de búsqueda muy elevados, pero puede ser editado por cualquier persona, tenga conocimientos del tema o no. En la mayoría de las escuelas, el uso de Wikipedia como fuente de información no es una buena manera de que tu informe tenga credibilidad.

    En los sitios web comerciales que terminan con .com, fíjate si el sitio tiene anuncios. Si tiene anuncios, es posible que la información no sea imparcial. Los blogs, los sitios web personales, los sitios de medios sociales (como YouTube, Digg, Tumblr, Pinterest o Facebook) son fuentes de información personal y no son imparciales.

  3. Búsqueda inteligente. Comienza con un motor de búsqueda tradicional como Google o Bing. Si bien los motores de búsqueda por lo general son buenos para adivinar lo que necesitas, puedes usar métodos de búsqueda específicos para limitar los resultados. Si todavía no has aprendido en la escuela a hacer búsquedas como la Boolean, pídele ayuda a la maestra o la bibliotecaria.

    Muchos motores de búsqueda reciben dinero para colocar ciertos resultados como anuncios. A veces estos anuncios aparecen en la parte superior de la página de los resultados de la búsqueda. Los anuncios se ven diferentes a los resultados regulares (aparecen con un fondo gris, por ejemplo) y deben estar marcados claramente como anuncios. Aun cuando los resultados principales no son anuncios, es posible que no sean las mejores opciones. Es por eso que es importante saber cómo decodificar los mejores sitios para tus necesidades (punto 2 más arriba).

  4. Mantenerse concentrado. Cuando estés listo para ver sitios web o entrar en motores de búsqueda, como Google, desconéctate del chat, Facebook o correo electrónico (y apaga tu celular). De esa manera no te perderás en la búsqueda. Unos pocos clics te alejarán de tu tema.

    Si tienes que tomar un descanso de la investigación, toma nota del lugar donde te encontrabas antes de alejarte de la computadora. Alejarse de la computadora durante unos 10 minutos cada hora es beneficioso para la mayoría de la gente. Utiliza el tiempo para moverte un poco y estirarte.

  5. Citar correctamente. El formato para citar las fuentes de información electrónicas es diferente de la manera en la que se citan las fuentes impresas. Por lo tanto, asegúrate de entender cuál es el estilo que tu maestro desea.

Cuando haces una investigación utilizando Internet, es posible que copies y pegues texto y después te olvides de citar la fuente y entres la información con tus propias palabras más tarde. De la misma manera que los maestros pueden reconocer tu voz en la clase, la mayoría podrá reconocer tu voz en la escritura. Aun un plagio accidental puede tener consecuencias muy serias en tus calificaciones; por lo tanto, no te arriesgues. Identifica el texto que has citado y agrega la cita antes de continuar con el resto del trabajo.


Consciencia y conciencia ¿en qué se diferencia?

 

Consciencia y conciencia ¿en qué se diferencia?


Las personas somos algo más que células, músculos, huesos y una piel que nos envuelve. Tenemos consciencia y conciencia, dos dimensiones que nos dotan de humanidad. Saber diferenciarlas nos ayudará a comprendernos mucho mejor.

Aunque suenen casi igual, consciencia y conciencia no tienen el mismo significado. No es lo mismo decir “tengo la conciencia tranquila” que “estar consciente tras recibir un golpe o ser consciente de todos y cada uno de los estímulos que me rodean”. El primer término tiene un gran interés para el campo de la filosofía, el segundo es todavía un desafío para la neurociencia.

El biólogo molecular y premio Nobel Francis Crick, solía decir que, aunque sea necesario saber diferenciar una dimensión de la otra, en realidad siempre nos quedaremos cortos a la hora de intentar definir cada una de ellas. Son entidades tremendamente complejas, y en particular la segunda, la consciencia.

Asimismo, tal y como nos indica la Real Academia Española la Lengua (RAE), en ocasiones, podemos encontrarnos con situaciones algo ambiguas que nos pueden llevar a equívocos. De hecho, y aunque nos parezca llamativo, es muy común caer en errores y ver incluso en muchas publicaciones a algún autor confundiendo términos.

Por tanto, veamos qué matices y particularidades definen a cada una de estas dimensiones.

“La conciencia sólo puede existir de una manera, y es teniendo conciencia de que existe”.

-Jean Paul Sartre-

Mujer paseando por un lugar natural con luces pensando en el efecto de la consciencia y conciencia

Consciencia y conciencia: características y singularidades

Si tuviéramos que utilizar una definición básica y general para diferenciar consciencia de conciencia, sería la siguiente: la consciencia te permite formar parte de tu realidad, percibir cada matiz, estímulo y proceso interno. La conciencia, por su parte, nos permite comportarnos de manera moral y socialmente aceptable.

A grandes rasgos nos parece sin duda comprensible y hasta sencillo poder diferenciar la una de la otra. Sin embargo si alguien nos dijera aquello de “soy consciente de mis actos” ¿se referiría quizá al aspecto moral, al perceptivo o quizá a ambos? En estos casos, entramos ya en un plano subjetivo donde todo depende de lo que el emisor quiera expresar.

¿Qué es la conciencia?

Decía el matemático y filósofo Blaise Pascal que la conciencia es el mejor libro de moral que tenemos. No se equivocaba. Esta realidad se refiere, básicamente, a esa capacidad que tenemos las personas para saber qué actos, pensamientos, palabras y situaciones son correctas y cuáles no.

Es un concepto moral y ético; sin embargo, cabe señalar que presenta además algunas pequeñas consideraciones que vale la pena tener en cuenta.

  • Conciencia no tienen nada que ver con procesos como la atención o la percepción.
  • Filósofos como Descartes y Locke, intentaron en su día profundizar en este concepto para entender cómo se relaciona por ejemplo, la conciencia con el lenguaje, con el pensamiento y la inteligencia. Debemos tener en cuenta, además, que una de las diferencias más notables entre consciencia y conciencia, es que la segunda es para los filósofos una “virtud”.
  • De este modo, cuando decimos que alguien “tiene conciencia”, estamos valorando que esa persona tiene valores morales. Nos referimos a ella como alguien que intenta vivir de acuerdo unas normas básicas de respeto y equilibrio. Es más, en ocasiones también decimos que los animales demuestran “conciencia” porque llevan a cabo ciertos actos morales o “sociales” que nos recuerdan a esas virtudes más humanas.

figura que simboliza la consciencia y conciencia

¿Qué es la consciencia?

Consciencia es algo más que estar despiertos, que tener los ojos abiertos y sentirnos parte de esa realidad sensible que nos rodea. William James, padre de la psicología norteamericana, fue uno de los primeros autores en abordar la comprensión de esa diferencia entre consciencia y conciencia. Como filósofo, psicólogo y científico, definió la consciencia a través de una serie características que nos permitirán comprenderla mucho mejor:

  • La consciencia es subjetiva. No tiene nada que ver con la ética o la moral. Es un proceso personal donde uno es consciente de sus propios pensamientos, de su realidad interna.
  • Se relaciona con el pensamiento, por lo tanto siempre está en constante cambio, es un continuo que nunca se detiene, que siempre está procesando información, atendiendo a estímulos.
  • Asimismo, la consciencia también puede ser selectiva. En un momento dado, las personas podemos poner la atención en un aspecto (interno o externo) para separarla del resto de estímulos y tomar contacto con eso que nos interesa.

La consciencia es el mayor enigma del ser humano

Christof Koch es un neurocientífico norteamericano y uno de los mayores expertos en el estudio de la consciencia y de sus bases neuronales. En libros como La búsqueda de la consciencia: un enfoque neurobiológico, nos señala que la principal diferencia entre consciencia y conciencia, es que la primera es todavía un enigma.

La segunda, tiene que ver con el sentido de responsabilidad, con los valores y conocimiento de cada uno por su propia persona y sus actos.

La consciencia es todo lo que experimentas. Es esa canción que se queda en tu cabeza. Es la dulzura de la mousse de chocolate, el dolor palpitante de un dolor de muelas, el amor por tus hijos, y la seguridad de que algún día vamos a dejar este mundo.

Este científico, nos señala a su vez que hay dos tipos de consciencia que debemos tener en cuenta:

  • La consciencia primaria. Tiene que ver con nuestras percepciones, sensaciones, memoria, pensamientos, con aquello que soñamos, con lo que deseamos… Todo ello nos permite poder separarnos también de lo que nos rodea para definir nuestra individualidad.
  • La consciencia reflexiva. Esta dimensión es quizá, un ámbito tan interesante como desafiante a la vez. Tiene que ver con “observar la propia mente”, con saber qué somos, qué sabemos, qué ocurre en nuestro ser interno.

Para concluir, como vemos consciencia y conciencia son dos términos tan complejos como interesantes a la vez. Son a su vez, algo más que meros productos de la mente. Es lo que nos hace humanos. Como dijo Thomas Huxley en su día, son esas entidades que nos hacen ser “conscientes” de que somos algo más que huesos, músculos, células y una piel que nos envuelve.

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